LA TAXONOMÍA DE BLOOM EN LA ERA DIGITAL


Benjamín Bloom (1956), psicólogo educativo desarrolló su Taxonomía de Objetivos Educativos, convirtiéndose en una herramienta clave para estructurar y comprender el proceso de APRENDIZAJE.


Esta Taxonomía de Bloom, clasifica las operaciones cognitivas en seis niveles de complejidad crecientes: Recordar, Entender, Aplicar, Analizar, Evaluar y Crear. Esta teoría permite desarrollar diferentes procesos educativos para llegar a lo más alto de la pirámide (crear).


Con esta Taxonomía se puede saber cuáles son las capacidades adquiridas por los alumnos. Por ejemplo, si un alumno es capaz de aplicar conceptos, entonces ha de poseer habilidades tales como: recordar y entender.


Lorin Anderson y David R. Krathwohl (2000) hicieron modificaciones a la Taxonomía de Bloom y uno de los aspectos clave fue el cambio de los sustantivos de la propuesta original a verbos, para significar las acciones correspondientes a cada categoría. Otro aspecto fue considerar la síntesis con un criterio más amplio y relacionarla con "crear". También se modificó la secuencia en que se presentan las distintas categorías.









Luego, Andrew Churches (2008) modificó la Taxonomía revisada en el 2000 y la adecuó a la Era Digital. Esta Taxonomía para entornos Digitales no se restringe al ámbito cognitivo, contiene elementos cognitivos así como también métodos y herramientas, tal como podemos observar en los siguientes cuadros:











En la pirámide de Bloom de Samantha Penney, podemos observar algunas herramientas que se pueden utilizar en cada uno de los seis niveles Taxonómicos.






Debemos estar conscientes que actualmente vivimos en una Sociedad de la Información (Manuel Castells) y en la Era Digital, donde las TICs influyen en todos los ámbitos de nuestra sociedad, por lo tanto, en la educación, debemos considerar otras formas de aprendizaje diferentes a lo que propone la educación convencional, estructural, cerrada.


“Ver el aprendizaje como un evento inscrito en un entorno virtual –pero real- que abre la experiencia a otros –con otros- a través de una serie de productos culturales accesibles – Open Educational Resources- con lo que seguir aprendiendo, ofrece otra forma de representar el aprendizaje en este espacio de flujos, que Castells de nomina Sociedad Red. En este marco, la remezcla, la mejora y la posibilidad de compartir son patrones de acción distintos a la cultura escolar con la que muchos hemos crecido". (Cristóbal Suárez, 2012)


Entonces, el aprendizaje abierto debe formar parte de la representación educativa actual. Una parte de esta visión está contenida en la Declaración de la Educación Abierta de Ciudad del Cabo que dice: “La educación abierta no está limitada a sólo recursos educativos abiertos. También se basa en tecnologías abiertas que facilitan un aprendizaje colaborativo, flexible y en el compartir practicas de enseñanza que facultan a los educadores a beneficiarse de las mejores ideas de sus colegas”.

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